La única mesa {Ametheist

Comencé a comer mis pastas, las cuales estaban muy ricas a decir verdad. Perfectos ravioles con salsa de tomate, bien condimentada y algo espesa. Estaba muy a gusto con la comida. Me guardé a risa al escuchar a la chica la cual parecía haber despertado. Yo... no era de las que me mostraba afecto alguno como si nada, era bastante reservada. Me limité a mirarla con un raviol en la boca y luego de masticarlo bien y tragarlo, me limpié los labios con una servilleta y la miré.

- Hola... - dije con timidez y volviendo a mirar mi plato rápidamente.

Se notaba que no sabía como acercarme a los demás, después de todo, yo era de las que se pegaban con otras personas, chicos específicamente, y después, simplemente seguía mi vida como si nada hubiese sucedido. Me costaba sacar temas de conversación, además de que un montón de cosas me daban vergüenza, pero, así era yo. Una barrera de hielo que tenías que resquebrajar de a poco para conocerme, y dentro de toda esa envoltura, se encontraba el lado más dulce y tierno de mi. Lleno de amor y sonrisas. Por el mientras, solo era una chica que parecía antipática por mi rostro inerte. Comí alrededor de un cuarto del plato, y tomé algo de mi jugo. Esto era vergonzoso, hablar con una desconocida siempre me llenaba de nervios. Miré por entre mi flequillo a la señorita, parecía aburrida.

¿Buena chica? Eso se pareció a una felicitación a un perro. No pude evitar poner apenas mala cara, pero la relajé al ver que no se trataba de una mala persona. Parecía madura, viva y algo pícara, pero no mala. Continué comiendo hasta terminar mi plato de ravioles, y luego de largar un suspiro de satisfacción, sonreí mirando al vaso.

- ¿Por qué es in-interesante v-verme? - estúpida de mi mostrando nervios hasta por los ojos.

Al parecer mi flequillo no servía de mucho, ya que la otra chica me miraba perfectamente. Lo soplé dejándome ver la cara un poco, pero aún encapuchada, parte mí aún seguía escondida. Lo único que se mostraba en mí ahora, era este aura de chica nueva, desconocida ante todo el mundo esperando no caer en las manos de nadie. Agarré el vaso de jugo con ambas manos y tomé un poco, refrescandome la garganta y aflojando un poco el calor de mi cuerpo al igual que mis nervios. Las vendas empezaban a darme un poco de calor de más en mi pecho, claro, yo no usaba sostenes, eran incómodos y me hacían doler mi cicatriz.

Observé atenta a la rubia. Tenía ojos profundos, realmente me parecían calmos y agradables, de un color lindo. Automáticamente miré hacia otro lado un poco sonrojada, ¿Qué hacia yo pensando y mirando a las otras personas de esta manera? Tenía que estar loca. Traté de calmarme largando un leve suspiro. Me estaba poniendo nerviosa de ante mano.

Comenzaron las "críticas" hacia mi forma de vestir y dando una impresión al parecer no muy agradable. Estaba acostumbrada a eso, pero aun así, continuaba molestándome. Mordí el borde del vaso, podía sentir como mis dientes se iban amoldando al vaso. No sabía porque, pero un poco de incomodidad estaba invadiendo todo mi cuerpo. Sumado a eso, su pregunta me había hecho mostrar un leve sonrojo, y ya no pude quedarme callada.

- ¿Q-qué te crees? ¿Qué puede gustarme alguien así como si nada? Ilusa... - miro mi plato de comida con mala cara, parecía una chica con dolor de cabeza. Me sentí un poco mal al haberle dicho eso, pero... Realmente me ponían nerviosa esas cosas.

Me quité la capucha, las pastas me habían hecho entrar en calor. Mi pelo corto y despeinado se mostró ante la recién nombrada "Auriana". La miré de reojo y sonreí un poco al ver su cara de bufón.

- Me llamo Ametheist... - volví mis ojos a el vaso y continué tomando algo de jugo - Un g-gusto... - dije estirando mi mano hacia adelante, esperando a que la estrechase. Si había algo bueno en mi a primera vista, era mi educación.

- ¡No te vayas! - dije casi gritando. Un enorme sonrojo y mala cara apareció en mi rostro. ¿Qué había sido eso? Estaba completamente avergonzada de mi, jamás le había dicho a nadie que se quede, tal vez eran por tantos nervios que tenía que no quería que me dejen sola.

Escondí mis manos en el bolsillo de mi buzo y traté de tranquilizarme tomando mi jugo, y aquí comenzó mi juego de nervios. Me acomodé el flequillo hacia adelante, tratando de tapar un poco mi cara, luego tome el vaso y lo apreté un poco, después jugué con mi tenedor sobre la salsa roja ya fría del plato, estaba fuera de lo que es estar nerviosa, yo estaba pasando esos límites. No sabía si le parecía una niña tonta que tenía miedo de ser nueva, o simplemente le parecía una chica cualquiera. A decir verdad, jamás había ido a un colegio femenino, además de que yo no era femenina, más bien parecía una de esas chicas con problemas en la casa, aunque no era así.

- L-lo siento... N-ni siquiera se p-porque lo dije... - traté de arreglar las cosas pero parecía tarde. Auriana ya se había puesto a leer. Mi rostro se aflojó, parecía una chica que se iba a poner a llorar en el próximo ataque. Mordí mi labio inferior tratando de calmarme, pero los nervios me inundaban.

- L-lamento haberte d-dicho ilusa... - estaba arrepentida totalmente, además de que sentía de que mi corazón se me iba por la boca y por el mismísimo pecho. Nunca me gustaba llamar la atención. Siempre era de las calladas y alejadas, pero se ve que hoy "tenía" que hacer sociales, por lo que me vi obligada a charlar un poco, o por lo menos eso parecía.

¿Se estaba disculpando? Pero si yo había sido la irrespetuosa. Mi mano se posó sobre la de ella en forma de disculpas inconscientemente - No te echaré de ningún lugar, no soy nadie para hacerlo...A-además, yo te falte al respeto, perdón... - y al bajar la vista, vi mi mano sobre la de ella. La quité en seguida y pude sentir mis mejillas enrojecerse nuevamente.

Estaba completamente hecha una tonta, realmente estaba demasiado nerviosa. Ocupé mi boca en el vaso, mi jugo estaba por terminarse y ya no sabía como evitar su mirada, o decir tonterías. Suspiré ligeramente y miré para un costado, me despeiné el pelo un poco por la parte trasera y luego escondí mi mano en mi buzo. ¿Por qué estaba tan nerviosa? ¿Acaso era ella la que me ponía así? Comencé a mover mis pies al ritmo de la nada, y meneé la cabeza de un lado a otro, parecía estar escuchando música de andar a saber donde. ¿Qué me estaba pasando?

La observé al verla levantarse, tal vez se iba a otra mesa, o a buscar comida, quien sabe. La verdad es que me preocupé, no quería que me dejara sola en toda esta muchedumbre, estaba asustada. No me agradaba para nada la soledad, apreté el vaso, a punto de resquebrajarlo. Finalicé mi jugo con un largo sorbo y miré como se sentó a mi lado. Me refresqué el cuerpo lo más que pude y me comí un hielo. ¿Costumbre romana? Jamás había oído nada similar, eso me sacó una sonrisa, y un leve sonrojo acechó mis mejillas. Es verdad, le había tocado la mano, pero no fue algo que yo quisiese, fue impulsivo, algo tonto.

- S-si, lamento lo de m-mano, p-perdón si te incomodé... - estaba echa una verdadera tonta, ¿Qué me tenía tan nerviosa? Dí una pequeña mirada a mi celular, la música seguía corriendo, con razón andaba moviéndome como una completa tonta. Tomé mis auriculares y me puse uno en el oído. Estaba sonando "A tap dancer's dilemma" de Diablo Swing Orchestra, un tema bastante movido y algo... Extraño, pero me gustaba. La chica de cabello rubio estaba en lo correcto, hoy estaba escuchando música... ¡¿Quería escuchar conmigo?! ¿L-l-le daba curiosidad? Y definitivamente mi sonrojo aumentó a un color rojizo, miré para otro lado evitando su mirada y le extendí el auricular - E-e-espero que te g-g-guste... -estaba de vuelta con muchos nervios, en cualquier momento me iba a dar un infarto. Mentira, exagero. Pero, es que ¡estaba muy cerca mío! ¿Cómo no ponerme nerviosa? En fin, esperé a que se colocase el auricular y ver su opinión a cerca de mi gusto musical.

Sin duda alguna Diablo era una banda musical extraordinaria, la cantidad de instrumentos además de la combinación de voces era única. Me agradaba mucho, meneaba mi cabeza de un lado a otro relajándome, todo mi cuerpo y extremidad estaban al ritmo de la canción, parecía toda una amante de la música. Me quitó el vaso de las manos, no le di mucha importancia, además, ayudó a relajarme un poco ante ella. ¿Ame? Era una de las pocas personas que me llamaban así, por lo general, siempre me decían "Nill" o "Ametheist". Solo las personas cercanas me nombraban "Ame". - N-no me siento mal, es que me pongo muy nerviosa c-cuando conozco a alguien... - me sinceré al fin. La verdad es que no importase quien sea, siempre estaba nerviosa al conocer a alguien, y más al ser una chica. Si bien no me llevaba mal, siempre había sido el tipo de amigas que defiende a las suyas como un "príncipe" o algo así.

Al terminar la canción, saqué el reproductor de música de mi celular y me quité el auricular. ¿Le había gustado? ¡Genial! Era una banda no muy conocida y encima, no a muchos le gustaba ese estilo - ¿Viste? ¡Es genial! - dije con emoción y girando la cabeza hacia ella, haciendo que mi flequillo se corriera y quitase de mi cara. Parecía toda una pequeña modelo con ese gesto tan abrupto, de publicidades de shampo o esas cosas. Ví como se mordió el labio inferior, me pareció sexy... ¿Q-q-q-q-q-q-qué? ¡¿Me pareció sexy?! ¿Desde cuando yo pensaba esas cosas? Mi sonrojo continuó ahí ardiendo más que nunca, y miré hacia abajo - S-si, es cómica, no a todos les g-gusta... - traté de no mirarla, ¿Cómo es que podía pensar algo así? - Si, estoy mejor... - dije metiendo mi vergüenza para adentro, y hablando como una persona normal. Si vamos a ser sinceros, si, estaba mejor.

La verdad es que me moría de ganas por ir por otro jugo y ocupar mi boca con eso, además de mis manos. No sabía si la incomodaba, pero por lo menos, ya había conocido a alguien, un paso hacía adelante había dado desde que llegué - ¿Por qué me preguntas? - levanté la mirada curiosa. Se podía ver en mis ojos que me moría de ganas por romper la barrera de compañerismo y empezar a tener una amiga, sin importar lo que pase después. Esperé atenta a su respuesta, estaba... Un poco feliz de haberla conocido, cualquier pervertida que le gusten los chicos, ya me hubiera llevado a otro lado a tratar de violarme.

Y de verdad que lo estaba, mucho mejor de cuando llegué y me senté a la mesa con la ahora, conocida, tal vez buscaba más, pero yo demasiado tonta inocentona, por lo que no le dí mucha importancia al tema. Tomé el auricular con una sonrisa y lo guardé junto con el otro en mi bolsillo. Jugué con estos unos minutos en mis manos, y no dejé de mirar ni un segundo. Al parecer había perdido bastante mi vergüenza, aunque algo de mi rubor continuaba ahí, latente, sin preocuparme a decir verdad. Seguramente era porque me estaba "acomodando" a ella, poder romper la barrera de hielo ¿Era esto lo que tanto quería? Me confundí un poco conmigo misma, no sabía que es lo que estaba "buscando" en ella, pero por el momento, dejé que las cosas fluyeran, además, había mucho por descubrir.

- ¿La preocupo? Pero... Recién nos conocemos, y no, no me daría un ataque de pánico por cualquier cosa -le sonreí como tonta inocente - No te preocupes por mi, yo soy demasiado tonta a veces... - dije mirándola, al parecer, algo le había echo sacar un color algo rosado en sus mejillas ¿Tal vez se estaba sintiendo mal? Había mucha gente, y a pesar de estar en una mesa aparte lejos de la gente, no había mucho aire en el ambiente. Luego se levantó de golpe, cosa que me dio un pequeño susto haciéndome saltar de mi asiento, y me quitó el vaso. Si, tenía sed, claro que la tenía, después de todo, la necesitaba todo el tiempo pero... ¿Acaso leía la mente? Me sorprendí muchísimo y antes de que me pudiera decir algo, la vi irse hasta perderla en toda esa muchedumbre.

Mis ojos se volvieron a la mesa, mi plato vacío y el de ella, pues, tenía lemon pie. Me atreví a sacar un poco de crema de la superficie con mi indice y me lo llevé a la boca, saboreando la crema y apenas el limón. Estaba riquísimo, tal vez después pida uno. A un costado estaba su libro, el cual me dio más que intriga y no pude evitar girar un poco mi cabeza para leer el título, haciendo que mi pelo quede completamente de costado. A pesar de no tener mucho, me daba una imagen tierna y tonta. Vi como el vaso se poso delante mío y me dí vuelta a verla con una sonrisa - Gracias... - y puse mi cabeza derecha y correctamente - No te hubieras molestado... Además, el de naranja es un de mis favoritos - dije con el vaso en manos y sonriendo.

La observé de reojo, estaba pálida. Dejé el vaso en la mesa y apoyé el dorso de mi mano en la frente ajena - P-permiso... - le tomé la temperatura, al parecer estaba bien, pero ¿Entonces por que estaba tan pálida? Mi rostro se volvió uno preocupado y alejé la mano con lentitud - ¿Te sientes bien? - dije acercándome un poco, a ver si se desmayaba, era lo que faltaba. Su pregunta me dejó helada, se tensó tanto mi cuerpo como mi rostro, estaba atónita, en shock, no podía moverme. ¿Qué fue esa pregunta? ¿Me gustaban las chicas? Bueno, no me gustaban los chicos, pero... ¿Se podían amar dos chicas? Nunca lo había pensado. Tragué saliva y miré mi vaso con un poco de seriedad - Nunca me he enamorado de nadie, además me llevo mal con los chicos, por lo que no me gustan, no sabría decirte... - traté de explicarme lo mejor que pude - ¿Es posible.... q-q-ue dos chicas se enamoren? - pregunté con mi mirada de niña tonta, de reojo y apoyando el vaso en mis labios, como si se tratase de una invitación a que me diera un ejemplo o algo similar. La verdad es que ya ni sabía lo que hacía, estaba confundida.

La escuché con atención, realmente podían estar dos chicas juntas, aunque ¿Eso no era amor prohibido para muchos? Estaba algo confundida aún, yo jamás me había enamorado, y tenía cierta curiosidad en saber lo que se sentía, pero no estaba apurada para nada, era una chica muy pacífica y algo lenta y tonta. Al escuchar hablar de su antigua pareja, no pude evitar llevarme un mano al pecho - Lamento haberte hecho acordar de eso... - dije con sinceridad, la verdad que no sabía como se sentía, pero seguramente era algo feo.

Luego continuó la charla, y las palabras "hacer sin que estén enamoradas" hizo que mi rostro se volviese algo enojado - ¿Cómo dos personas que no se aman hacen algo así? Eso es repulsivo... Yo no le daría mi cuerpo a nadie que no estuviese enamorada de mi y viceversa... - estaba completamente decidida en eso, realmente tenía que pasar así para mí. ¿Qué clase de mujer le da su cuerpo y su intimidad a cualquiera? Era... Imperdonable, simplemente no lo podía aceptar. Apreté el vaso con fuerza, mirándolo con rabia, y congelé el jugo, y luego, el vaso reventó en miles de pedazos. Me corté un poco la mano pero no le dí importancia.

Me levanté haciendo bastante ruido y me puse los auriculares y capucha - No me has espantado, pero espero que no seas de las que se entrega sin amor... - dije y tomé mi bandeja, la dejé en la barra de las que estaban usadas, y comencé a caminar hacia la salida, pensando estrictamente en lo que había dicho. A mi parecer, no era incorrecto lo que decía, tal vez era una estúpida, pero yo creía así. Puse play a mi reproductor y le subí el volumen. Tomé un par de servilletas de camino y las puse sobre la leve herida, me limpié y luego tiré los papeles en el cesto de basura. Esperaba que no le haya molestado mi reacción.

Spoiler:

Al caminar pude sentir como la sangre caliente iba derramando mis dedos y parte del piso, luego sentí un leve roce en mi mano sana ¿Qué había sido eso? Estaba completamente sumida a mis pensamientos, pero... Había sido grosera, tal vez ella no tenía nada que ver con mis pensamientos, no lo sabía, que mala persona era. Me dí vuelta quitando uno de mis auriculares y tomé varias servilletas, presionando la herida, la cual ardía con enojo al igual que mi alma. Traté de relajarme con un largo suspiro y mire a Auriana, sentada en la mesa de antes y... ¿Estaba llorando? Me sentí muy mal al verla, y me acerqué con una cara algo triste.

- Lamento lo de antes... N-no creo, que vos seas así, discúlpame... - dije en voz baja, y mirando la mesa. Había vidrios por todos lados y hielo camuflado con este. Me senté a su lado y le acaricié la espalda en forma de disculpa, ella estaba mal, tanto como yo. La había lastimado, ¿Ahora quien era la desagradable? Suspiré un poco y presioné la herida contra mi abdomen. Me dolía un poco pero nada que no pueda soportar. Traté de animarla un poco mirándola de reojo y quebrantando una vez más esa barrera de hielo - Los humanos cometemos errores a veces, al decir o actuar, pero... C-creo que hay muchas cosas que se pueden perdonar... O simplemente, olvidar... - no sabía si lo iba a tomar como una estupidez, o si así mejoraría su estado de animo, pero lo intenté. Me quedé a la espera de su rostro y de sus labios, ver que palabras salían de ahí.

Y ella habló, y dejó de llorar. Yo creía que había ciertas cosas que estaban mal, pero... Había aprendido a perdonar, a ser tolerante ante ciertas cosas, a tratar de acercarme a los demás, a ser... Una chica. Asentí con la cabeza ante la propuesta de ir a la enfermería, realmente la mano comenzaba a molestar. Traté de acomodar mi mano en su espalda y hombro, para poder verla mejor.

- Creo que estuve mal, lo siento... - dije mirándola con cara de cachorro mojado, la había lastimado, y no era una herida superficial - No importa si me lastimo... No es nada... - y luego me puse como un tomate ante su pregunta - ¿Q-q-qué? ?G-gustarme? - tragué saliva pero no me aparté de su lado - E-e-eso depende d-d-de n-nosotras... - y era verdad.

Quería conocerla, saber de ella, y quería lo mismo para mi de su parte. Si en algún momento me llegase a gustar... Quería saber como poder hacerla sentir bien, o reír, que hacer cuando llore, tomarla de la mano sin vergüenza, poder dormir abrazada en su pecho... ¿PERO QUE DIABLOS ME ESTOY IMAGINANDO? Sacudí la cabeza quitando esos pensamientos. Respiré profundo y la miré con una sonrisa - Tal vez... Por ahora, vamos a la enfermería... - y me quité la capucha, dejando mi pelo revoltoso de vuelta ante sus ojos, ya que los míos, estaban ansiosos por ver lo que hacía Auriana.