Recorriendo la ciudad. [Libre]

Aquel día me había levantado temprano. Aproveche que era sábado y que todas las chicas estaban durmiendo, para ir a darme una ducha y luego volver a mi habitación.
Me arregle un poco y una vez terminada de cambiar y de peinarme un poco el pelo, me calcé mis cascos junto con mi reproductor del celular y salí de mi habitación y de la academia, para irme hacia el centro a recorrer aquella ciudad a la cual aun ni siquiera le había echado un vistazo.

Camine un poco de tiempo, ya que aquella academia no quedaba muy lejos del centro, por lo que no era muy probable que me pierda. En el camino, paré en una heladería y me compre un helado. Siguiendo con mi camino luego.
Recorrí un poco mas el lugar, viendo algunas tiendas, cuando me "choque" con un gran edificio. Era el centro comercial y pensé, que quizás adentro de ese lugar podría ver aun mas tiendas.

Entre sin pensarlos dos veces y lo recorrí, aun con mis cascos puestos y escuchando mi música, hasta que a lo lejos, encontré una tienda de discos a la cual entre sin pensarlo mucho.
Me quede allí, revisando un par de discos mientras seguía con mi música. Era medio raro a decir verdad el que no había elegido aquella asignatura en vez de teatro. Pero es que en verdad el teatro me apasionaba mas hacerlo y... Realmente no tenia mucho talento con los instrumentos y tampoco, quería dedicarme al canto, aunque no fuese tan mala con este.

Había acabado de llegar hace un par de horas y como no había clases, decide irse a conocer la ciudad y como tiene buena memoria, no tendrá pérdida. Iba muy tranquila con sus manos guardadas en los bolsillos de su tejano azul, mirando de un lado a otro mientras miraba de reojo a parejas felices mientras le daba puntazos en el corazón por su mala experiencia en el amor. Así que melancólica decide ir a una tienda de música, lo único que la hace olvidar que existe en ese mundo, así que entrando al centro comercial, coge las escaleras mecánicas y sube hasta la planta de la música.

Simplemente la música le apasionaba, pues para ello se apuntó a tal curso. Miraba disco por disco, obvio no le gustaba todo pero se quedó pegada en un reproductor de discos sobre una violinista llamada Lindsey Stirling, así que curiosa se pone los cascos y hace que la música suene. Sus ojos se iluminan, era maravillosa la música que esta chica era capaz de crear. Así que se quedó escuchando un rato más hasta que siente como algo se choca con su espalda suavemente, así que se saca los cascos y se gira inocente, mirando a la chica.

-¿Te hiciste daño? –Pregunta mirándola por si le hizo daño o algo.

Spoiler:

Estuve allí un largo tiempo. Algunas personas me miraban, ya que de vez en cuando, sonreía o reía animadamente, al ver algún nombre extraño en algún CD o algo que llamara mi atención. Más eso no me molestaba realmente, poco me importaba lo que los demás pensarán de mi. Yo no le molestaba a nadie riéndome, además de que no lo hacia en voz alta, así que porque tendría que dejar de hacerlo?

Perdida en mis pensamientos, recordé que me habían recomendado un CD instrumental, el cual era muy bueno y que seguro me iba a gustar, o eso es lo que me había dicho una amiga en un email. Asi que sin pensarlo dos veces, fui a la parte de los instrumentales y comencé a revisas, más no lo veía por ningún lado.
Luego de unos momentos, di unos pasos hacia atrás, para tener una vista más amplia de los CD's y así quizás encontrarlo, más al irme hacia atrás, choqué a una chica que allí se encontraba.
Rápidamente, me di vuelta y me quite los cascos, mirándole y negando levemente a la pregunta que me había hecho. Lleve una de mis manos hacia mi nuca, despeinando me un poco y sonriendo levemente.

-Excuse moi madamoiselle* - Dijo en francés sin darse cuenta, sonriendo levemente -Es que andaba distraída- Dijo, siendo levemente


*En francés: lo siento mucho señorita.

off:

Al ser suiza sabía el idioma que le hablaba, no como para mantener una conversación con alguien pero si entendía las palabras sueltas, así que le sonríe lo más dulce que puede y le presta un poco de atención.

-No se preocupe, a todos nos ha pasado –Mira los CDs y después a ella- ¿Desea algún CD en especial? La puedo ayudar aunque no trabaje aquí –Se ofrece amablemente mientras dejaba cuidadosamente los auriculares en su lugar, dejando ver la portada de una compositora de copyleft, más conocida por internet y no vendían discos pero en verdad, esa tienda le estaban haciendo publicidad por su buena música.

Ya apartando los auriculares se puso delante de ella, teniendo una distancia prudente para no asustarla, y así poder cumplir los pedidos que la rubia quisiera.

Caí en cuanta de que le había hablado en francés un poco después y suspire levemente, ya que no todos entendían aquello. Aunque, luego me di cuenta de que la chica que tenía en frente si lo entendía, por lo que sonreí de manera dulce, como era de costumbre en mi y negué levemente con la cabeza después de escucharla.

-no no - negué un par de veces, sonriéndole -Bueno, en realidad buscaba un compilado de solos de instrumentos que me había recomendado mi amiga, pero no lo encuentro... Quizás tu lo viste, el nombre es... Es... Emm... Fa.. No lo recuerdo... - reí levemente luego de darme cuenta de que había olvidado por completo el nombre de aquel CD y el cual hace unos momentos tenía en la mente.

Note luego como la chica ahora se encontraba algo más cerca mío, aunque eso no me molesto para nada, ya que no veía malas intenciones o algo así provenientes de ella y, aún con mi sonrisa en los labios me dispuse a hablar nuevamente
-Que lastima... Tendré que volver aquí nuevamente- Dije de manera algo irónica, dando a entender que de cierta forma me alegraba tener que volver allí.

Ríe muy suavemente y le ofrece los cascos que ella anteriormente tenía.

-Tal vez no sea lo que estés buscando, pero tal vez te guste –Mira al frente buscando la zona de los instrumentos pero tampoco sabría ayudarla, así que solo decide recomendarle aquella violinista.

De ahí solo se aparta un poco para no molestarla o incomodarla mientras se dedica a mirar otros discos. De un momento a otro le suena el celular y no tarda en cogerlo al ser su antiguo jefe de informática, pues aunque ya no trabajara en su empresa este a veces le pedía consejos sobre el campo, así que haciéndola un signo con la mano a la chica con que se iba, le sonríe y se aparta para no molestar y atender y guiar lo que debía hacer para resolver el problema que le estaba explicando.

Mire a la chica y tome los cascos que me ofrecía para escuchar aquello que se estaba reproduciendo. Sonreí ampliamente al escuchar aquella melodía, cerrando por un momento los ojos y dejándome llevar por la música, moviendo levemente mi cabeza de un lado para el otro, marcando el tiempo de aquella melodía que ahora se reproducía.


A abrir los ojos note que la chica no se encontraba más a mi lado, sino que ahora se había apartado y estaba hablando por teléfono. Seguí escuchando aquello mientras veía algunos otros discos. Iba a esperar a que la otra terminara de hablar para agradecerle por la música, eso si no me perdía en mis pensamientos y se iba antes de que me diera cuenta.

Sin embargo, volví a cerrar mis ojos, perdiéndome nuevamente en la música que se reproducía allí y sonriendo, mientras mi mejillas llevaban aquel típico color rosa característico.

La chica le indicaba con gran calma los pasos a seguir que debía hacer su ex jefe del departamento de informática. Así que una vez le agradeció su interés y ayuda, colgó y guardó el móvil, y pensándose que la chica se habría ido, al alzar la vista se topa que aún estaba allí, escuchando la música que le había recomendado, así que sonriendo se acerca de nuevo y solo espera a que terminara de escuchar a aquella violinista mientras revisaba otros CDs que estaba cerca del reproductor.

Miraba con gran atención e interés los CDs. Amaba tanto la música que se alegraba el haberse apuntado en la escuela de artes. Lo que ella no sabía ni la rubia, es que ambas pertenecían a la misma universidad. Miraba de reojo de vez en cuando a la rubia, contenta que le gustara la música que le había recomendado.

Cuando abrí los ojos, note que mi acompañante nuevamente se encontraba a mi lado. Espere que terminara la pista, a la cual no le quedaba mucho para concluir y, sonriente, se quitó los cascos y giro apenas, para quedar mirando a su acompañante.

- Gracias por recomendármelo... Realmente me agrado- dije con una sonrisa en mis labios, mirándole con algo de inocencia. La otra realmente aparentaba ser mayor. Sonriente, trono sus dedos y le miro tranquila
-Ahora que lo pienso... No nos presentamos- reí levemente -Soy Rina y tu?- extendió su mano presentandose y sonriéndole de manera dulce. Aquella sonrisa era característica en mi. Siempre sonreía, pensaba que así la vida era más bella.

De la nada, un grupo de chicos pasaron y uno de ellos silbo y guiño uno de sus ojos, no se sí a mi acompañante o a mi, pero simplemente, le sonreí como respuesta, levantando una mano y saludando, a lo que el chico me vio de manera algo extrañada y siguió caminando. Realmente no veía intenciones malas en aquel chico, no las veía en nadie y no entendía tampoco lo que era un coqueteo. Por lo que respondía a aquel Silbido como si se tratara de un simple saludo amistoso.

-Es un gusto habértela recomendado –Le sonríe muy dulce, por lo que se ve, ambas chicas son muy sonrientes pero con diferentes motivos.

Mientras la rubia sonreía por inocencia y para que la vida fuera mejor, la morena sonreía por amabilidad, respeto y, sobre todo, para esconder una época de mal amor que aún la afecta. Ríe suavemente y corresponde la mano de la chica, aún sintiéndose algo extraña el presentarse de aquella forma, pues en Suiza es característico dar tres besos. Pero ella lo agradecía ya que no era muy de dar besos ni nada.

-Un gusto, Rina-san. Me llamo Sora Yurai –Se presenta con total amabilidad y dulzura.

En cuanto sus manos se separaron aparecieron aquellos chicos, silbando, a lo que ella pasa de aquello. No responde, pues era una chica que pensaba que no había que obedecer ni girarse a los silbidos de nadie, pues si se hacía eso, al menos ella se sentía como un animal. Pero en cuanto ve que la chica, inocente, lo saluda le parece tierno por lo que no puede evitar reír suavemente.

-Puedo suponer que no sabes cuando coquetean, ¿Cierto? –Le dice muy tranquila, por lo que mira de reojo comprobando que los chicos se hayan ido y, es así.

Le mire nuevamente cuando los chicos ya se habían ido y ella me hablo. Mi rostro de a poco se fue transformando en un tomate prácticamente de lo rojo que estaba, a medida que me daba cuenta de como yo le había contestado.

Tape con mis manos mi rostro, bajando la cabeza bastante avergonzada. Que habría pasado si ese chico hubiera venido hacia mi, en busca de algo por haberle respondido al coqueteo? Sentía una vergüenza tremenda, y mientras estaba algo perdida en mis pensamientos negaba levemente con la cabeza, sin acordarme que la otra enfrente mío.

-Que vergüenza que vergüenza que vergüenza- decía negando consecutivamente, aún sin levantar la cabeza y sin destapar su cara.

Sonríe muy dulce y en verdad, no puede evitar reír un poco, así que se acerca y tomando suavemente de sus muñecas, las aparta gentilmente para ver su rostro ruborizado para poder tranquilizarla.

-Tranquila, para la próxima vez ya lo sabes, ¿Cierto? –Le dice muy amable mientras suelta poco a poco sus muñecas- Ya se, te invito a algo si eso te ayuda a no estar avergonzada, ¿Te parece? –Le propone gentilmente.

Lo hacía por pura amabilidad y no solo eso, sino le interesaba conocer un poco más a aquella rubia que a su parecer, le parecía una buena chica y a ella le gusta conocer a buenas personas. Así que sonriéndole dulcemente, una vez más, esperó por su respuesta.

Sintió las manos de la otra tomándole de las muñecas y apartandole las manos de su cara. Le miro, aún algo sonrojada y le sonrió levemente, asintiendo a lo que le decía, aún sin perder el sonrojo de sus mejillas.
Y cuando le escucho, se emocionó un poco, ya que tenía ganas de comer algo desde hace un rato, por lo que sin dudarlo mucho acepto, riendo levemente.

-Claro que me gustaría, aunque realmente no conozco mucho de aquí y no se como voy a hacer para volver luego a mi escuela, pero ya me arreglare- dijo riendo levemente, mientras tomaba la mano de la chica de forma inocente y salía de aquella tienda, comenzando a caminar hacia el patios de comida de aquel centro comercial.
-Es por aquí verdad?- le pregunto mirando hacia ella, girando la cabeza y sonriéndole.

Le sonríe muy dulce, viendo el leve rubor de emoción que tenía la rubia.

-Ya somos dos, y a tu escuela… Dime cual es y yo misma te acompañaré. Mejor perderse dos juntas que una sola, ¿Cierto? –Le sonríe pero al sentir como toma de su mano no puede evitar ruborizarse suavemente.

Era muy vergonzosa en cuanto a ese aspecto, pues no estaba acostumbrada a que le tomaran tanta confianza así que como el centro comercial era grande pero bastante ordenado, la lleva hasta la planta de la zona de comida.

-B-Bien, esta es la zona de gastronomía, elige donde ir –Le dice rascándose levemente la mejilla, mirando la gran planta, llena de gente.

Pues la zona de la comida es la que más gustaba, así que era la planta que más llena estaba. Caminaban entre la multitud, así que la morena coloca a la rubia delante de ella para no perderla entre tanta gente.