Espero que no sea tarde...

Me levanté algo tarde, la mañana soleada con rayos que parecían quemarte la vista y tostarse en seguida la piel. Bostecé, me senté en la cama y miré la hora... ¿¡Las 10 de la mañana?! Estaba llegando más que tarde, tenía que estar a las 10 y media en el instituto para terminar mi inscripción.

Salté de la cama, y me desnudé en menos de 5 segundos, corrí hasta el baño, en ropa interior inferior, y me cepillé los dientes, me lavé la cara, entre otras cosas. Corrí hasta el placard y muebles, saqué unas vendas y me las puse en mi pecho. Claro, desde hace un tiempo que no usaba prendedores ni esas cosas, mi pecho no lo soportaba, era algo frágil después de aquel accidente. Una vez vendada, me puse una musculosa blanca con unos dibujos negros de lobos en el centro y espalda, bermudas negras con detalles en blanco y gris, cuadritos, círculos y gotas, medias blancas muy cortas y zapatillas negras. Parecía un niño, pero no me importaba mucho, después de todo, estaba acostumbrada.

Busqué una gran valija y la llene de ropa y cosas útiles y entretenidas, como mi iPod, la psp, libros, mi notebook, cables y otras cosas. Parecía que me mudaba. Sonreí un poco al guardar la foto de mi familia antes de cerrar la valija, y luego, salí cargando semejante monstruo gris a la cocina. Me preparé unas tostadas con manteca, y volví a fijarme en la hora. 10:15. Literalmente salí con la tostada en la boca hacia mi habitación, a preparar la mochila de mano. Guardé un montón de cosas femeninas, y con esto digo desodorante y maquillaje, lo demás eran algunos dulces y más cables y cosas electrónicas, algunos cds y dvds. La colgué a mi espalda y me volví a la cocina. Tomé otra tostada y la valija, salí a la calle y paré un taxi, aún no sé como es que pude pararlo. Mi imagen seguramente era graciosa. Una... cosa, con una valija en una mano, la otra parando al coche, con una tostada entre los dientes y con una mochila en la espalda.

El auto se detuvo y yo subí con toda la carga a los asientos traseros, realmente no tenía que perder tiempo. Le dí las indicaciones del instituto y le dije que vaya lo más rápido que podía. Tenía que llegar a tiempo. Mientras el auto iba con alta velocidad, iba fijándome la hora, y el paisaje. Ya extrañaba mi casa. Todo iba a cambiar ahora que comenzaba una vida nueva en un instituto con habitaciones compartidas... ¿Qué iba a ser de mi? Suspiré y me fijé en el camino. Estábamos yendo realmente rápido, más de lo que esperaba. Un leve miedo creció en mi, pero me desapareció al ver las rejas del instituto. Sonreí algo nostálgica y el coche se detuvo. Le pagué al hombre y bajé como triángulo que intenta pasar por un círculo. Caminé hasta las rejas y las pateé. Caminé algo dificultosa hasta dentro del área institucional y dejé todo en el suelo, y me senté con una sonrisa.

- Al fin... - y me eché en el suelo cerrando los ojos.

Seguramente, tendría que ir en menos de 5 minutos al hall, donde algún profesor o directora me estaba esperando, pero me quedé allí tirada, disfrutando un poco del sol.